Un poco de Historia
Corría el año
1671. Ana de Matos, con la aprobación de las correspondientes autoridades
civiles y eclesiásticas, levantó un altar en la mejor habitación de su estancia,
donde fue colocada la Virgen de Luján. De esa forma y con la autorización
diocesana, comienza verdaderamente el culto público de la Virgen de Luján.
El gobernador Salazar y el obispo Mancha fueron las primeras autoridades que
se acercaron al altar de la Virgen.
En 1672, Ana de Matos comprendió que la Virgen no debía continuar bajo el
mismo techo que ella y su familia. Por eso hizo construir, inmediata a su casa
pero independiente, una pequeña capilla, y allí trasladó a la Virgen.
La
capilla de Montalvo
En 1677, doña Ana
de Matos hizo donación de todo el sitio que se necesitaba para levantar una
capilla, más el terreno necesario para recibir a todos los fieles.
Parte de ese terreno hoy es un baldío sobre la calle San Martín, casi esquina
9 de Julio, donde la junta Municipal de Estudios Históricos ha fijado, en la
vereda, una placa de referencia señalizadora.
Las obras de la futura Capilla se fueron cumpliendo despaciosamente y a
medias, hasta 1682. Llegó, entonces, en precario estado de salud y en busca de
alivio, el presbítero don Juan Pedro Montalbo.
Solícitamente atendido por el Negrito Manuel, ya con 55 años de edad, que le
ungió el pecho con el sebo de la lámpara que ardía permanentemente ante la
Sagrada Imagen.
Montalbo, ante la solicitud del Negrito Manuel, le prometió que se quedaría
para siempre de Capellán, si la Virgen le daba salud. Curado de su mal, Montalbo,
al enterarse de la preocupación de la señora de Matos por levantar una nueva y
espaciosa capilla, se brindó con todo entusiasmo. Junto al Negrito Manuel,
recorrió todos los lugares en busca de limosnas y también pidió a su amigo el
gobernador don José de Garo, una ofrenda del fisco, que fue concedida con
generosidad.
El sucesor de Garro, don José H. de Herrera, también colaboró. El Santuario se
terminó en 1685, y el 8 de diciembre de ese año se trasladó la imagen desde el
oratorio de Ana de Matos a la nueva capilla.
Características de la capilla
Constaba de un
gran local cuadrilongo. Sus paredes, de adobe y de ladrillos. Éstos, cocidos en
los "hornos de la Capilla". El techo a dos aguas. Los cuatro costados, abarcados
con amplios aleros y/o galerías que permitían proteger a los fieles y
resguardarlos de las inclemencias del tiempo.
Muere el
Negrito Manuel
En 1686, habiendo
visto colmados sus dos más grandes deseos, que María tenga un templo y que en él
hubiese un auténtico ministro de Dios, entrega su alma a la Virgen, a quien
había servido durante cincuenta y seis años. Fue sepultado detrás del altar
mayor y descansa a los pies de su amada María.
Más
donaciones de Ana de Matos
Con el fin de que
la capilla tuviese fondos propios para las grandes celebraciones, hizo donación
de una suerte de estancia, de la "otra" banda del río Luján, lo que actualmente
abarca el cuartel V o Barrio Santa Elena. Estas tierras fueron conocidas durante
mucho tiempo con el nombre de Estancia de la Virgen. En el Período de gobierno
del General Martín Rodríguez, siendo ministro Bernardino Rivadavia, además de
clausurarse el Cabildo, se confiscaron todos los bienes de la Virgen.
Esos terrenos donados por doña Ana de Matos, con el tiempo, se fueron
subdividiendo y fueron adquiridos por vecinos o personas atraídas por la Virgen
de Luján.
Ubicación
Opiniones
encontradas se expresaron cuando hubo que definir el lugar para su construcción.
Ana de Matos, al donar las tierras, expresó su voluntad de que nunca la Imagen
fuera sacada de su lugar natural.
El Párroco de entonces, Padre Emilio George, estimaba que el lugar ideal era
donde actualmente se levanta el Palacio Municipal.
El Padre Salvaire decía que Luján debía ser un lugar de peregrinación, más que
un centro parroquial, afirmando que la Basílica debía estar donde ahora se
levanta su monumental edificio.
Consultadas y puestas a consideración las respectivas opiniones, prevaleció la
del Padre Salvaire.
Estilo
El Padre George se
inclinaba por el estilo romano-bizantino, exponiendo las ventajas, y muy en
especial que ese estilo tenía una mano de obra barata.
Salvaire, por su parte, afirmaba que el estilo debía ser gótico-ojival, porque
es el que corresponde al ideal de la iglesia cristiana, agregando: "Por los
gastos no hay cuidado porque corren por cuenta de María" que bien sabrá hacerles
frente. La cuestión es que nosotros no nos durmamos".
Piedra
Fundamental
Fue colocada el 15
de mayo de 1887. La ceremonia comenzó con una gran procesión que recorrió las
calles de la plaza Constitución (hoy plaza Belgrano).
Presidió la ceremonia el arzobispo de Buenos Aires, monseñor León Federico
Aneiros.
Lugar donde fue colocada: La piedra fundamental se colocó donde se encuentra
el altar mayor, a una profundidad de cuatro metros.
Características de la piedra fundamental: es de color blanco,
originaria de Tandil. Mide 1,22 metros de lado. Conforma un cubo con un hueco en
el centro, donde fueron depositados: el documento firmado por el arzobispo y
otras autoridades, monedas de distintos metales, los retratos de los papas Pío
IX y León XIII y del arzobispo de Buenos Aires; periódicos de Buenos Aires y de
Luján; piedras extraídas de la Gruta de Nazaret y del Monte Calvario, de las
Catacumbas de Roma, de los santuarios de Loreto, del Pilar de Zaragoza, de
Montserrat, de Lourdes, de la Salette y de la Basílica de Montmartre.
Iniciación de las obras
Aprobados los
planos trazados por el arquitecto Ulrico Courtois y por el ingeniero Alfonso
Flamand, monseñor León Federico Aneiros, acompañado por muchísima gente, se
dirige en procesión al lugar elegido para abrir los cimientos. Con la
delineación de los cimientos del ábside, se inician las obras el 6 de mayo de
1890.
Donantes
Categorías. Como
es de imaginar, hubo un largo período de colectas. Los donantes fueron divididos
en tres categorías:
Bienhechores: los que dieran una limosna o un donativo cualquiera.
Cooperadores: los que ofrecieran una cantidad superior a los mil pesos
o que se suscribieran con diez pesos mensuales.
Fundadores: los que costeasen una columna, una ventana o aportaren
cinco mil pesos moneda nacional, en mensualidades, anualmente o de una sola vez.
Primeras
cifras de aportes
No olvidemos que
el país atravesaba por una crisis económica sin precedentes. No obstante ello,
se llegó, al 31/10/1890, a $ 29.000 moneda nacional.
El padre
Salvaire decide instalar un horno de ladrillos
Tal determinación
se tomó para disminuir los gastos por la enorme cantidad de ladrillos que se
necesitaban para rellenar los cimientos. Los obreros que trabajaban en el horno
de ladrillos se alojaban en galpones levantados a tal efecto. Los beneficios se
notaron de inmediato, y en el primer semestre las cuentas daban superávit. Los
hornos de ladrillos de la Basílica, como los conocían y llamaban los vecinos,
estaban ubicados en la actual calle D. Fernández Beschtedt, frente al Barrio El
Mirador.
La
cantera de Colón, Provincia de Entre Ríos
La compra de esa
cantera significó otro gran ahorro. Además, según la opinión de expertos, la
piedra de ese lugar era del tipo ideal para la construcción de las paredes del
templo.
Por que la piedra se trae desde Colón: porque el ingeniero Rómulo Ayerza
considera superior la calidad y se compra una cantera de ocho cuadras por 24
metros de ancho.
Itinerario del transporte de las piedras desde Colón a Luján: Colón a Buenos
Aires, por transporte fluvial (río Uruguay); Buenos Aires a Luján, por
ferrocarril. En Luján se presentaba el principal problema: la gran distancia
entre la Estación del Ferrocarril y la Basílica. Se alivió muchísimo en 1900,
con el ramal ferroviario Estación del Ferrocarril a Estación Basílica (hoy Plaza
de los Peregrinos).
Donación
del mármol
En 1893, los
hermanos Lozada, de Villa María, Provincia de Córdoba, concretaron la donación
de todo el mármol necesario. Con observar los interiores de la Basílica y ver la
enorme cantidad de mármol empleado, nos damos cuenta de la importancia de la
donación y del alivio extraordinario que trajo a las finanzas.
Las
finanzas en el año 1895
Cuánta razón tenía
el Padre Salvaire cuando, refiriéndose a los gastos que demandaría la
construcción, dijo: "corren por cuenta de María, que bien sabrá hacerles frente;
pero no debemos dormimos". Así fue como, en el primer semestre de 1895, las
colectas siguieron creciendo, llegando a la suma de $ 50.065,01 moneda nacional.
En el segundo semestre la colecta alcanzó los $ 94.037,89.
Siguen
las obras
En 1895 se
continuó con la construcción de los pináculos y de las balaustradas que rodean
las capillas del ábside. Se comenzó a instalar los rosetones y se terminó el
muro del lado oeste y sur. En el interior, las columnas ya llegaban a los once
metros de altura. En los talleres se estaba construyendo la escalera de mármol
que lleva al Camarín de la Virgen.
Fabricación de ladrillos para la Basílica
Durante su gestión
como intendente municipal, el doctor Octavio Chaves, en 1896, otorgó a la
Basílica un terreno municipal junto al río, destinado a la fabricación de
ladrillos. Para esa donación, el intendente municipal tuvo el acuerdo del
Honorable Concejo Deliberante.
1896: Los
primeros vitrales. Como la totalidad de ellos fueron traídos de Francia
(Burdeos), fabricados por la Casa Degrand, en ese año comenzó su colocación.
1899: 4 de febrero. Muere el Padre Salvaire.
El sucesor de Salvaire: el Padre Antonio Brignardello tuvo la
responsabilidad de continuar las obras. La Parroquia de Luján pasa a depender de
la Diócesis de La Plata.
Cruceros y chapones: las torres de los cruceros ya habían
llegado a los 30 metros de altura. El arquitecto Ulrico Courtois adquiere en
Bélgica (Lieja) los chapones para la parte posterior del edificio.
1900: llega el altar de San Antonio de Padua. Fue el primero, donado
por Margarita Morgan y realizado por el artista Luis Beltrani.
1901: es designado Párroco el Padre Vicente María Dávani. Se sigue
acelerando el ritmo de trabajo. Comenzó por el esqueleto del techo del Camarín,
de los cruceros y de la mitad de la nave central. Se terminan siete capillas
laterales.
1904: llegan las 14 estatuas de mármol de Carrara. Destinadas al altar
mayor. Cada una de ellas mide 1,26 metro de alto.
Se inauguran obras ya realizadas: finalizadas las obras del ábside, sus
capillas, el Camarín, el altar mayor y los dos cruceros, el 4 de diciembre de
1904 monseñor Terrero, obispo de La Plata, inaugura esas obras. En la
oportunidad es trasladada la imagen de Nuestra Señora de Luján desde el
Santuario de Lezica, donde había permanecido desde 1763, a su nueva morada.
1905: es demolido el antiguo Santuario. Sus escombros se utilizaron en
los cimientos de las torres de la Basílica.
1906: obras costosas. Tales fueron las de prolongar la nave Central
hasta la altura de las dos grandes torres del frente y la ornamentación del
interior del templo.
1906: rendición de cuentas. En las catorce años que llevaba la obra se
habían gastado $1.970.670,43 moneda nacional y habían ingresado en el mismo
período $ 2.277.000,20.
1910: bendición del interior del edificio. El 4 de diciembre, en
adhesión al Centenario de nuestra emancipación, presidido por el obispo de La
Plata, monseñor Juan Nepomuceno Terrero, y apadrinado por el gobernador de la
provincia de Buenos Aires, general Inocencio Arias, y la presidenta de la
Comisión Colectora de Damas de Nuestra Señora de Luján, señora Carolina Lagos de
Pellegrini, se realizó el acto de bendición del interior del edificio.
1910-1936: lentas, pero ininterrumpidas, las obras llegan a su fin.
Cuando se llegó a la etapa de los trabajos menores y detalles, el ritmo
disminuyó, pero nunca fue abandonado. De esa forma y al cabo de cincuenta años,
quedaba concretado el sueño del Padre Jorge María Salvaire.
Profesionales intervinientes
Ingenieros:
Alfonso Flamand, Ulric-Courtois y Freury Tronquoy
Arquitectos: Ernesto Moreau, Rómulo Ayerza, Sombrum, Trouvé,
Laspé.
Etapas de
su construcción
Sus capellanes:
Jorge María Salvaire, 1889-1899; Antonio Brignardello, 1899-1901; Vicente Dávani,
1901-1922; José M. Gimalac, 1922-1927; Felipe Pratt, 1927-1942.
1890: 6 de mayo, monseñor Aneiros bendice la apertura de los cimientos.
1895: el ábside ya tiene completas sus 21 ventanas y se han colocado 7
de los 11 rosetones sobre las capillas absidales.
Se inauguran el ábside, camarín, crucero y cuatro capillas colaterales. Están
por terminarse las bóvedas desde donde descansa el techo de la cripta, bajo las
tres naves del Santuario.
Se recibe el altar de San Antonio, construido en Génova. Llega a Luján, desde
Francia, el señor Dagrand para adaptar los vitrales a las ventanas.
Se terminaron siete capillas de las naves laterales que llegan hasta el
triforio y la construcción de una divisoria para baptisterio. Once magníficas
vidrieras del Camarín.
1904: el 4 de diciembre se traslada la Imagen al nuevo Camarín.
1905: se coloca el altar mayor. Se coloca la lámpara votiva argentina
en el Camarín. Se concluyen las grandes columnas con sus capiteles. Se coloca el
magnífico rosetón del frontis. Se elevan las torres.
El 8 de diciembre de 1905, monseñor Terrero bendice el templo. Se completan
los dos púlpitos de origen francés. Se instala el gran órgano Cavaillé-Coll de
Paris, donación de monseñor León Gallardo. También los candelabros del altar
mayor, la cruz dorada con esmalte. Se trabaja activamente en el frente, que ya
llega a los 16 metros. Se colocan las 16 estatuas de los apóstoles y
evangelistas. Las torres van creciendo lentamente, De Milán llegan las 13
campanas, que pesan en total 14.915 kilogramos. Llegan cinco campanas para el
reloj.
1922 y 1926 entre este período se levantan las dos torres completas.
Dentro de ellas se colocan el campanario y el carillón con los relojes
eléctricos.
El carillón tiene 19 campanas, 13 de las cuales se echan a vuelo. La torre del
este es revocada por dentro, donde lleva una escalera de cemento desde el piso
del reloj hasta la base de la flecha. La torre del oeste lleva una escalera
similar y tiene ya el piso para soportar los muros de la flecha.
1930: el 15 de noviembre, el Santo Padre Pío XI le concede el titulo de
Basílica.
1930: el 6 de diciembre monseñor Alberti procede a la consagración del
templo.
1931: se concluyen las dos flechas, rematadas, la del este, por la
imagen de la Santísima Virgen, y la del Oeste, por el monograma de María. Se
coloca la lámpara donada por el Teatro Opera de Buenos Aires, con 246 tulipas.
Al ingreso de la nave central también cuelga la lámpara votiva donada y
fabricada por la República de Irlanda.
1935: se da por finalizada la obra de la Basílica. Se rinde homenaje al
Padre Salvaire y se le erige una estatua en la parte externa de la Basílica.
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